8/4/09

Miradas a una Mujer de Poesía

Miradas a una Mujer de Poesía


Hemos de conciliar los lectores de esta aclimatada matria zuliana que la obra de poetisa Xiomara Rivas es un presagio inconfundible feminidad y sonoro histrionismo. Es hora de detenernos a preciar su obra, tan cuestionada por algunos sectores que sumándose a un falso puritanismo la acusan, no sé si a su favor o desmedro, de la Safo Zuliana, la María Calcaño de la segunda mitad del siglo XX.

“Soy una amante solitaria
Me las jugué todas
al canto al pan y al vino
transgredí las leyes sin justicia
y decidí sembrar
de cristales el camino…”[1]

Entonces allí vienen la mujer y su poema a hacerse eco del mundo. Digamos que la mujer de poesía, Xiomara, es una hacedora de canciones que no se cantan. Pronto el texto en la poesía de Rivas Pérez se vuelve un compartir entre el amante y la Amante, que ella siempre, la palabra, el verbo encarnado en mujer, recordando lo que escribiera María Calcaño en sus micropoemas inéditos: “de tanto conocernos, / Acabamos por no saber quién / era quien…” [2], entendiendo así el poema de La Rivas, como se refieren a ella los que no la quien mucho, como la expresión de un conocerse continuo entre la amante y el amado.

“Mi verbo es dulce
callado y mudo
Estiletes delgadísimos
Sublinguales
me inhiben castran
enmudecen
Para variar
siembro flores
en mi cabello.”[3]

Y venga el poema corto a revivir lo femenino es la poetisa Rivas. Como órgano de expresión, lo corto viene a ser en el libro ave irreverente como ese suave murmullo que produce un ave como el colibrí en el aire que perfora. El vértigo de un poema breve radica en su alto contenido de música, en su ecuación literaria y en la alta posibilidad de sembraren el lector el efecto acantilado, la sensación de profundidad, ese silencio profanado por el poema, o mejor, por el que ha leído el poema que permanecía mudo. Los dos únicos libros que Xiomara Rivas ha traído para nosotros son piezas suaves y concisas de la válida e inagotable ecuación poética que descansa en ella. Venga entonces a nosotros lectores una breve selección de sus textos:



Del libro Ave irreverente. 1997


Un demonio con botas
se metió en mi cama
lo exorcicé y me puse a jugar
Me contó sus cuitas
su amarga ironía
de ángel bello y bueno
caído en el mal.[4]

——

Amado
tu lengua dulce me recorre toda
y anido mis manos
para recibir tu amor
Se me dobla el alma
los olores vuelan
mi vientre se ensancha
y sonrío de dolor
Qué manera tuya
tan callada y tierna
explosiones quedas
roban mi pudor
Y no me importa el sitio
el suelo la playa
¡Qué viva el amor!
Cuando luego vuelvo
a sentir la vida
me sonrío y pienso
Qué buena bandera mi sexo me dio.[5]

——


Cuando te ame
será bajo un cielo
navegado de estrellas
junto a mares muertoshuérfanos de velas
meciendo cunas vacías
persiguiendo del hombre la huella

Cuando te ame
bajo candiles sin luz
junto a zapatos sin suelas
seguidos de trajes vacíos
velados de cabelleras.

Cuando te ame
creo que nunca
entenderás la seña
Pinta entonces
junto a mi boca
una cruz
que allí morirán
los sueños de pena. [6]

——

Él dijo
que mi sexo olía a camelias

No sabía
que a veces florece. [7]

——

Del libro Mujer de poesía. (1997)

Soy una amante solitaria
Me las jugué todas
al canto al pan y al vino
transgredí las leyes sin justicia
y decidí sembrar
de cristales el camino
Trásfuga de mares y de vientos
habitante de oasis del destino
trashumante sin sandalias
abrazadora fortuita de velas
y de humos
danzarina concomitante de la vida
franqueadora de ensueños
triste caminante de nostalgias
Insomne espectadora
de aguas turbulentas
Habitante de mi celdilla
de abeja reina
Instiladora precoz de sensaciones
Habitadora de espacios
no procesados
de un planeta que no termino
de co - di - fi - car. [8]

——

Poeta

Es el cante fiero
de vivencias y pesadillas
que duerme el sueño eterno
a plena luz del día
Quien arremansa sus sueños
en un café
para salir a cabalgar
las calles
mirando las máscaras proféticas
detenidas en la avenida
El que adivina
a través de blusas y camisas
el color del órgano vital
y no se asusta
Quien sonríe
cuando los cuerpos
se desplazan
de sus cabezas
y traspasan la dimensión
color rosa[9]

——

Cuando tú besas mis senos
e instilas presuroso mi néctar
Entonces hay un largo quejido
en mi vientre
mis fluidos recorren presurosos
mi dibujo interno
En ese momento
un bramido hondo
estremece el planeta
Una madre amamanta
a la tierra le siembran un embrión
el gozo repta mi vientre
se eleva el cáliz
de la embriaguez
Cuando tú besas mis senos.[10]
[1] Rivas, Xiomara (1997) Mujer de poesía. Asamblea Legislativa del Estado Zulia. Maracaibo. Pág. 11
[2]Calcaño, María (2008) Obra poética completa. Monte Ávila Editores Latinoamericana. Caracas. Pág. 224
[3]Rivas, Xiomara (1997) Ave irreverente. Imprenta Regional del Estado Zulia. Pág. 49
[4] En este poema la suave rima nos recuerda a alguna poesía mística española, quizá a Santa Teresa o a la picardía de mexicana Sor Juana Inés de la Cruz.
[5] A través el tono de este poema no puedo evitar recordar el tono del primer poemario de María Calcaño, Alas Fatales, que viene impregnado del mismo deseo, la misma furia, aunque en Xiomara Rivas no sea tanta latente la composición de textos velados, como sí lo es, magistralmente, en los poemas de María Calcaño: “Ábreme la vena, / abundante… / que la tengo estrecha!”. (Poema “El deseo” en Calcaño, María (2008) Obra poética completa. Monte Ávila Editores Latinoamericana. Caracas. Pág. 32).
[6] Me cautiva el poder de la rima que posee este poema. Tal vez tan fuerte como aquel el día que me quieras de Amado Nervo, o alguna de esas fuertes retaliaciones tan particulares de la poesía bolérica de América. Valga para este poema un plauso, no tanto por su valor estético, que a los ojos del mundo puede profanarse, sino por el poder histriónico que poseen sus fibras, el valor armónico que descansa entre cada uno de sus versos.
[7] Vuelve entonces el poema breve: La suave música del poema breve que hace fuego en el modo que Xiomara lo conduce. Todo el torrente erótico de la humanidad se puede condensar en una flor, será la rosa con su vibrante color, o en este caso la hermosa camelia. Me he ido al diccionario, encontrando esta repuesta concerniente a la camelia: arbusto originario de Asia, de hojas perennes y flores muy bellas e inodoras. Vengan ustedes a aclararme a que huele el sexo del poema ¿?... he allí una ecuación poética digna análisis, a mi me parece interesantísima.
[8] El autor frente al mundo. Quizá un plano de cosmovisión poética. El perfil de una mujer y de fondo una calle usada de Maracaibo. ¿Dónde está Xiomara? ¿A dónde la lleva el poema? Esa es la palabra. El poema lleva a la poetisa hasta el límite de su expresión: la extrapola del mundo!?
[9] He aquí la descripción del sujeto. El poeta como ente de creación. Ha sido una constante en el hacer literario, en la historia del hombre el hacerse, el verse y conceptualizarse. No incriminemos este texto de genérico o repetitivo, veamos en él la percepción única de la poetisa. El poeta como amante y amado, el poeta como víctima de su propia cosmovisión.
[10] Vuelve el texto erótico. Xiomara nos inunda con la palabra orgásmica de sus fluidos. La presencia de los fluidos es uno de los detonantes del erotismo del este texto. También la presencia del beso, ese límite corporal de la pasión y la entrega. He de admitir que es uno de mis textos favoritos, más allá de explicitud, deja en el cuerpo una sensación amplia y homicida!!. Vuelvo a hacer énfasis en la deuda que tiene Xiomara Rivas con la poesía de María Calcaño, creo que Xiomara es una buena hija del erotismo fundado por María.












Luis Perozo Cervantes
(Maracaibo, 5/08/2009. Coordinador General de la fundación Andrés Mariño Palacio, Miembro del grupo Editorial Generación Actual )